No se trata de ser la persona más fuerte, ni la más experta, ni la que más cumbres ha subido. Se trata de tener la actitud y el espíritu adecuados para vivir algo real.
Este viaje es para quienes:
Tienen una buena condición física.
Caminarás varias horas al día por terrenos de alta montaña. Subidas exigentes, bajadas técnicas y tramos largos. Tu forma física marcará la diferencia entre llegar… y disfrutar.
Están abiertos a lo inesperado.
En la montaña, como en la vida, nada está garantizado. Cambios de tiempo, ajustes de ruta, sorpresas logísticas. Tu capacidad de adaptación y tu energía positiva harán que todo sume.
Disfrutan caminando.
No una hora. No dos. Días enteros. A veces con sol, a veces bajo lluvia o viento. Si para ti el camino es parte del viaje —no un obstáculo—, estás en el lugar correcto.
Valoran lo simple.
Dormir en refugios de montaña, compartir comida básica pero caliente, levantarte con el sonido de un glaciar o una cascada. Si eso te emociona más que el lujo, estás donde debes.
Antes de apuntarte, hazte esta pregunta:
Si ves una imagen de un collado a 3000 metros, con el cielo claro y el valle entero a tus pies, y algo dentro de ti dice “quiero estar ahí”, entonces este trekking es para ti.
Si no solo te atraen las montañas, sino también la historia, la fauna y la dureza del terreno, este trekking es para ti.
Si aceptas que lo único garantizado en la montaña es que todo puede cambiar, y eso te parece parte de la magia, entonces sí: este trekking es para ti.